Laura Lucía Romero Mireles Jun 15, 2023
Las olas de calor en México son períodos prolongados de tiempo en los que las temperaturas son significativamente más altas de lo normal en determinadas regiones del país. Durante una ola de calor, las temperaturas diurnas pueden ser extremadamente altas y las temperaturas nocturnas también pueden permanecer elevadas, lo que dificulta el enfriamiento y el descanso adecuado. Las olas de calor son fenómenos climáticos naturales que ocurren en diversas partes del mundo, incluido México. Sin embargo, en los últimos años ha habido un aumento en la frecuencia e intensidad de estas olas debido al cambio climático y otros factores. Las olas de calor pueden tener diversos impactos en la salud y el bienestar de las personas. Las altas temperaturas pueden causar deshidratación, agotamiento por calor, golpes de calor e incluso la muerte, especialmente entre los grupos más vulnerables, como los ancianos, los niños pequeños y las personas con enfermedades crónicas.

Además de los riesgos para la salud, las olas de calor también pueden tener impactos negativos en la agricultura, la ganadería y el medio ambiente en general. Las altas temperaturas pueden dañar los cultivos, aumentar la demanda de agua y provocar incendios forestales.
Ante las olas de calor, es importante tomar precauciones para proteger la salud, como mantenerse hidratado, evitar la exposición directa al sol durante las horas más calurosas del día, vestir ropa ligera y de colores claros, y buscar lugares frescos o con aire acondicionado cuando sea posible.
Además, es crucial abordar el cambio climático y tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que esto contribuirá a mitigar la frecuencia e intensidad de las olas de calor y otros eventos climáticos extremos en el futuro.
Los eventos extremos de temperatura han ido en aumento en México, y las olas de calor son un ejemplo. La que se vive actualmente en el territorio nacional durará 15 días y, a partir del 1 de julio, podría registrarse otra, informaron científicos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático.
En conferencia de medios a distancia, Graciela Binimelis de Raga, del Grupo de Interacción Micro y Mesoescala, explicó que las ondas de calor, definidas de acuerdo con el estudio de Ernesto Jáuregui en 2009, son periodos de tres o más días, con temperatura mayor a 30 grados y una temperatura media arriba de 24 grados centígrados, para el caso de Ciudad de México.
Según dicha investigación, que analizó esos fenómenos en la capital del país, desde 1880 hasta 2005, los meses con mayor número de olas de calor son abril y mayo, seguidos por marzo y junio con menor incidencia. En la mayoría de los casos duran de tres a seis días; las de más de 10 días, sólo se han registrado en cinco ocasiones en ese periodo.
La experta puntualizó que su frecuencia por década ha aumentado sistemáticamente. Además, acrecientan su intensidad por factores como baja humedad en el suelo. “Notemos que gran parte del territorio nacional registra sequía severa y extrema”.
Hay impactos del fenómeno en la salud humana, porque se pueden presentar deshidratación y golpes de calor, los cuales llegan a ser mortales, particularmente en infantes y adultos mayores; también se observan consecuencias en la agricultura, por daños a los cultivos recién germinados.
Asimismo, detalló, se registran incendios forestales generalizados, “atípicos para la climatología que hemos evaluado”. Mayo ha sido el mes con mayores siniestros de este tipo, y en junio disminuyen; sin embargo, lo que vemos actualmente es que hay más debido a periodos sin lluvia. “Es anómalo”.
Binimelis de Raga expuso que en algunos estudios se ha observado que las ondas de larga duración ocurren después de presentarse los fenómenos conocidos como El Niño. Es posible que se desarrolle un Niño durante este año, por lo que habría que tomar previsiones para las olas de calor que podrían suscitarse en la primavera del año entrante.
La científica recordó que el cambio climático se relaciona con temperaturas extremas, máximas y mínimas, y en este caso se presenta una tendencia de aumento en varias ciudades del país.