El análisis de agua potable y de riesgo es un proceso que se lleva a cabo para evaluar la calidad del agua destinada para el consumo humano, así como para identificar posibles riesgos y contaminantes presentes en el agua que puedan representar una amenaza para la salud.
El análisis de agua potable generalmente implica la evaluación de diversos parámetros físicos, químicos y microbiológicos para determinar si el agua cumple con los estándares de calidad establecidos por las autoridades sanitarias. Algunos de los parámetros comunes que se analizan incluyen:
1. Características físicas: Se miden aspectos como el color, la turbidez, el olor y el sabor del agua. Estos parámetros pueden indicar la presencia de partículas suspendidas, materia orgánica o compuestos inusuales en el agua.
2. Parámetros químicos: Se analizan diversos compuestos químicos, como minerales, metales pesados, pesticidas, productos químicos industriales y contaminantes emergentes. Estos compuestos pueden tener efectos adversos para la salud humana a largo plazo si están presentes en concentraciones superiores a los límites permitidos.
3. Contaminación microbiológica: Se realiza la detección y cuantificación de microorganismos patógenos, como bacterias, virus y parásitos. Estos microorganismos pueden causar enfermedades transmitidas por el agua si están presentes en el suministro de agua potable.
4. Parámetros radiológicos: En algunos casos, se lleva a cabo el análisis de radioactividad en el agua potable para garantizar que los niveles de radiación estén dentro de los límites de seguridad establecidos.
El análisis de agua de riesgo se realiza en fuentes de agua no potable o en situaciones específicas donde existe la posibilidad de contaminación o riesgos adicionales. Esto puede incluir aguas residuales, aguas superficiales contaminadas, agua de piscinas, agua para riego agrícola, entre otros. Los parámetros de análisis pueden variar según el tipo de agua y los riesgos específicos asociados.
Es importante destacar que los análisis de agua potable y de riesgo deben ser realizados por laboratorios acreditados y siguiendo métodos estandarizados. Estos análisis proporcionan información crucial para garantizar la calidad y seguridad del agua utilizada para el consumo humano y para identificar posibles riesgos que puedan afectar la salud pública.